viernes, 23 de noviembre de 2012

¿Podemos evocar a los Espíritus?



André Luiz Emmanuel desaconsejan tal práctica.
Estos bienhechores nos dicen que no lo hagamos, pero que sí lo hacemos, tengamos cuidado, porque ellos lo que hacen es desaconsejar, por lo que no hay contradicción con lo que dice Allan Kardec, en el Libro de los Médiums, cap. XXV.

Kardec fue designado a hacer una gran tarea, es por esta razón que es lógico y razonable, que él pudiera y debiera hacer evocaciones. Su labor, entre otras, era la de investigar. El estuvo en todo momento respaldado y guiado por Espíritus Superiores, asesorándole y protegiéndole, ya que la tarea a realizar era de suma importancia. El sería nada menos que el Codificador de la Tercera Revelación.

Pero, ¿estamos nosotros seguros de contar con esa protección y respaldo de los Espíritus buenos, cuando evocamos?
El nos dice que, sí bien pueden estas practicas tener éxito, también es cierto que pueden ser un fracaso en la mayoría de los casos, sino, una experiencia donde podamos terminar siendo engañados o mixtificados. Los obstáculos e inconvenientes son numerosos:
?Frecuentemente, las evocaciones ofrecen más dificultades a los médiums de lo que las comunicaciones espontáneas, sobre todo, cuando se trata de obtener respuestas precisas a cuestiones circunstanciadas. Para esto son necesarios mediums especiales, al mismo tiempo, flexibles y positivos y ya vimos que ellos son escasos.?
Allan KardecEl Libro de los Mediums

Puede ser que el Espíritu evocado esté ocupado o bien en misión.
También es importante saber la naturaleza de la persona o mediums que evocan. Y hay que tener en cuanta algo importantísimo, ¿cuál es el objetivo de la evocación? Es importante tener en cuenta la cuestión del merecimiento; tanto por parte del evocado, como del evocador.

SEmmanuel y André Luiz en diversas obras desaconsejan esta practica, no significa que la prohíban. Pero tendríamos que reflexionar el porqué de ese consejo por parte de ellos, y pensar que, de todas formas ya tendremos, si así ha de ser, la oportunidad de comunicar con los seres queridos, cuando sea el momento oportuno. Y no olvidemos que, durante el sueño, el descanso del cuerpo, el Espíritu se desprende y podría ver o saber de esos seres queridos o añorados. Dejemos a los Espíritus más adelantados e instruidos, la tarea de hacer lo que crean más conveniente para nosotros.

No olvidemos instruirnos y reformarnos moralmente, de esa forma será más fácil intuir cómo están aquellos que dejaron el cuerpo material, para ir a la Verdadera Vida: la Espiritual.