viernes, 24 de abril de 2015

¿En qué consiste la perfecta y verdadera alegría?



Iba una vez San Francisco con el hermano León de Perusa a Santa María de los Angeles en tiempo de invierno. Sintiéndose atormentado por la intensidad del frío, llamó al hermano León, que caminaba un poco delante , y le habló así: -- ¡Oh hermano León!: aun cuando los hermanos menores dieran en todo el mundo grande ejemplo de santidad y de buena edificación, escribe y toma nota diligentemente que no está en eso la alegría perfecta. Siguiendo más adelante, le llamó San Francisco segunda vez: -- ¡Oh hermano
León!: aunque el hermano menor devuelva la vista a los ciegos, enderece a los tullidos, expulse a los demonios, haga oír a los sordos, andar a los cojos, hablar a los mudos y, lo que aún es más, resucite a un muerto de cuatro días, escribe que no está en eso la alegría perfecta. Caminando luego un poco más, San
Francisco gritó con fuerza: -- ¡Oh hermano León!: aunque el hermano menor llegara a saber todas las lenguas, y todas las ciencias, y todas las Escrituras, hasta poder profetizar y revelar no sólo las cosas futuras, sino aun los secretos de las conciencias y de las almas, escribe que no es ésa la alegría perfecta. Yendo un poco más adelante, San Francisco volvió a llamarle fuerte: -- ¡Oh hermano León, ovejuela de Dios!: aunque el hermano menor hablara la lengua de los ángeles, y conociera el curso de las estrellas y las virtudes de las hierbas, y le fueran descubiertos todos los tesoros de la tierra, y conociera todas las propiedades de  las aves y de los peces y de todos los animales, y de los hombres, y de los árboles, y de las piedras, y de las raíces, y de las aguas, escribe que no está en eso la alegría perfecta. Y, caminando todavía otro poco, San Francisco gritó fuerte: -- ¡Oh hermano León!: aunque el hermano menor supiera predicar tan bien que llegase a convertir a todos los infieles a la fe de Jesucristo, escribe que ésa no es la alegría perfecta. Así fue continuando por espacio de dos millas. Por fin, el hermano León, lleno de asombro, le preguntó: -- Padre, te pido, de parte de Dios, que me digas en que está la alegría perfecta. Y San Francisco le respondió: -- Si, cuando lleguemos a Santa María de los Angeles, mojados como estamos por la lluvia y pasmados de frío, cubiertos de lodo y desfallecidos de hambre, llamamos a la puerta del lugar y llega malhumorado el portero y grita: «¿Quiénes
sois vosotros?» Y nosotros le decimos: «Somos dos de vuestros hermanos». Y él dice: «¡Mentira! Sois dos bribones que vais engañando al mundo y robando las limosnas de los pobres. ¡Fuera de aquí!» Y no nos abre y nos tiene allí fuera aguantando la nieve y la lluvia, el frío y el hambre hasta la noche. Si sabemos soportar con paciencia, sin alterarnos y sin murmurar contra él, todas esas injurias, esa crueldad y ese rechazo, y si, más bien, pensamos, con humildad y caridad, que el portero nos conoce bien y que es Dios quien le hace hablar así contra nosotros, escribe, ¡oh hermano León!, que aquí hay alegría perfecta. Y si nosotros seguimos llamando, y él sale fuera furioso y nos echa, entre insultos y golpes, como a indeseables importunos, diciendo: «¡Fuera de aquí, ladronzuelos miserables; id al hospital, porque aquí no hay comida ni hospedaje para vosotros!» Si lo sobrellevamos con paciencia y alegría y en buena caridad, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta. Y si nosotros, obligados por el hambre y el frío de la noche, volvemos todavía a llamar, gritando y suplicando entre llantos
por el amor de Dios, que nos abra y nos permita entrar, y él más enfurecido dice: «¡Vaya con estos pesados indeseables! Yo les voy a dar su merecido». Y sale fuera con un palo nudoso y nos coge por el capucho, y nos tira a tierra, y nos arrastra por la nieve, y nos apalea con todos los nudos de aquel palo; si todo esto lo soportamos con paciencia y con gozo, acordándonos de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡oh hermano León!, escribe que aquí hay alegría perfecta. -- Y ahora escucha la conclusión, hermano León: por encima de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo que Cristo concede a sus amigos, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor de Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades. Porque en todos los
demás dones de Dios no podemos gloriarnos, ya que no son nuestros, sino de Dios; por eso dice el Apóstol: ¿Qué tienes que no hayas recibido de Dios? Y si lo has recibido de Él, ¿por qué te glorías como si lo tuvieras de ti mismo? (1 Cor 4,7). Pero en la cruz de la tribulación y de la aflicción podemos gloriarnos, ya que esto es nuestro; por lo cual dice el Apóstol: No me quiero gloriar sino en la cruz de Cristo (Gál 6,14). A Él sea siempre loor y gloria por los siglos de los siglos.

ENERGÍA SEXUAL Y POLTERGEIST



ENERGÍA SEXUAL Y POLTERGEIST

A comienzo del siglo, investigadores como César Lombroso, Enrico Morselli y Hereward Carrington, hablaron sobre la posibilidad de la maduración de las energías sexuales que estuvieran conectadas a los fenómenos como los de poltergeist, debido a la influencia de las glándulas endocrinas y sexuales sobre la vida psíquica de las personas.

¿Como ocurre esto? ¿Serían energías sexuales mal canalizadas? ¿Cómo educar al médium en esta circunstancia?

Divaldo Franco – Hemos observado, en las experiencias de poltergeist, de apedreamiento, de combustión espontánea, de objetos que se desplazan, que existe siempre próximo o en los alrededores un adolescente. En ese momento de la pubertad, cuando las energías sexuales comienzan a componer los órganos anexos, hay naturalmente, una fuerza que eclosiona en el individuo y que los Espíritus livianos, enemigos de otras vidas que los asesoran, utilizan. Conocemos personas en las cuales ellas clavan agujas, alfileres, y dan cortes o escriben palabras, haciendo que la epidermis sangre, imprimiendo allí los fenómenos de poltergeist, muy dolorosos, gracia a su pasado criminal y la energía liberada. La terapéutica esencial es atender a esos jóvenes con el pase, de inmediato, con la evangelización y, a medida que van pasando de pubertad para otra fase, la maduración mental, la disciplina sexual, el control de sus energías genésicas, porque nada se pierde en la Naturaleza. El organismo es un laboratorio, y el orgasmo que no es exteriorizado, por esta o aquel impulso de una relación, el organismo libera espontáneamente durante el sueño o es transformado en energías de otro contenido.

Me contó Chico Xavier como los Espíritus lo ayudaron a transformar sus energías sexuales en fuerzas para la psicografia, y después que él me contó una bella historia que le fue narrada por Emmanuel, en una simbología muy bonita, aprendí también a canalizar las fuerzas sexuales, para que me dieran potencia de voz, me ayudasen en otros ministerios.

El Dr. Jorge Andréa dos Santos, escribió un libro admirable que se titula Fuerzas Sexuales del alma, en la que hay una canalización muy buena, porque las glándulas endocrinas son fundamentales a nuestra vida orgánica, psicológica, psíquica, y esas energías bien canalizadas que los esotéricos acostumbran a llamar Kundaline, - la serpiente – eleva la potencia vibratoria para el cerebro, a fin de vitalizar el órgano cerebral. Ese ejercicio mental lo podremos hacer a través de la meditación. No me refiero a la meditación trascendental exclusivamente, sino, por la reflexión, por la disciplina del pensamiento, porque nuestros órganos sexuales atienden a los llamamientos de nuestra vida mental, y cuando, por casualidad, se manifiestan extemporáneamente, estamos bajo disturbios de comportamiento. De ahí que, las fuerzas sexuales son muy importantes para el ejercicio de la mediumnidad, que las pueden gastar sin acostumbrar a llamarla Kundaline, - la serpiente – eleva la potencia vibratoria para el cerebro, a fin de vitalizar el órgano cerebral. Ese ejercicio mental podremos hacerlo a través de la meditación. De ahí, las fuerzas sexuales son muy importantes para el ejercicio de la mediumnidad, que las pueden gastar sin ningún perjuicio.

Cuando las personas tienen una vida sexual saludable, - y yo me refiero a una pareja, a
compañeros que viven con dignidad, en castidad moral, porque no es el trato sexual que desgasta el funcionamiento de los órganos o pervierte al individuo, sino la mente viciada que lanza toxinas en la intimidad de las glándulas sexuales, desarmonizándoles el equilibrio y generando distonías emocionales – logran un perfecto equilibrio psicofísico. Existen también las hormonas de la ternura, el orgasmo del amor psíquico, el éxtasis; en los éxtasis de Santa Teresa, San Francisco de Asís, de otros, el organismo tenía descargas de orgasmo como es natural, porque el cuerpo aún es animal, es constituido de instintos. En el momento de la elevación y del éxtasis, el cuerpo reacciona conforme su constitución, con las glándulas de secreción externa. Podemos canalizar esas energías con resultados muy saludables para nuestra permanente vitalidad.

Hay una imagen del pensamiento de Buda que, as veces, yo utilizo. Si tomáramos una vela, encendiéramos el pabilo en una sala cerrada, el combustible que mantiene la llama tardará, digamos, ocho horas hasta acabarse. Si abriéramos una ventana que canalice viento, el combustible soportará tal vez cuatro horas. Si encendiéramos la vela en los dos extremos, el combustible no durará dos horas, lo que equivale a decir, cuando gastamos el combustible con energía, nosotros le multiplicamos el tiempo de uso. Cuando lo consumimos demasiado, desperdiciamos energía, y naturalmente se acaba, sin que tengamos una idea de tiempo. Los médiums, que ejercen saludablemente su facultad, deben tener equilibrio, disciplina, educación sexual, como deben tenerla moral, en el sentido genésico, general, porque no adelanta controlar el aparato genésico y hablar de la vida ajena, tener odio y guardar resentimiento. Conozco personas muy bien educadas sexualmente, pero portadoras de resentimientos terribles, de envidia impiedosa y que adoran crucificar al prójimo, diciendo: - “Yo vivo con pureza de alma”- que también es un conflicto psicológico, mediante el cual la persona proyecta imagen que no tiene coraje de hacer y exhibe la falsa pureza como mecanismo de proyección del ego.

Entonces, las fuerzas genésicas deben ser muy bien canalizadas como todas nuestras energías, con finalidad edificante.

Isabel Porras